profundas heridas políticas.
Las imágenes de lo ocurrido ya han entrado en la historia.
Todo comenzó este miércoles 6 de enero con una manifestación en Washington de partidarios de Donald Trump, coincidiendo con la primera sesión del 117º Congreso estadounidense, que debía ser un mero trámite para ratificar la victoria de Joe Biden en las Elecciones Presidenciales del pasado noviembre.
La marcha transcurrió en una relativa calma hasta que Donald Trump se acercó para dirigirse a sus seguidores animándoles a marchar hasta el Capitolio, donde se celebraba la sesión. Trump repitió una vez más las acusaciones sin pruebas de fraude electoral y animó a sus seguidores a marchar hasta Capitol Hill, diciendo que le gustaría acompañarles.
Cuando el Congreso se disponía a confirmar a Joe Biden como próximo presidente, miles de seguidores de Donald Trump, azuzados por las acusaciones de fraude electoral del mandatario, se saltaron los cordones policiales del Capitolio e hicieron irrupción en el edificio, dando paso a algo nunca visto.
En continuo, las televisiones mostraban el miedo de los legisladores, escondidos bajo sus mesas, con el sonido de disparos de fondo. Demócratas y republicanos fueron evacuados, entre ellos el vicepresidente Mike Pence, que fue puesto a salvo.
El presidente Donald Trump acababa de acusarle de no cumplir con su deber al rechazar impugnar el resultado electoral y podría haberse convertido en objetivo de los manifestantes.
Mientras tanto, la turba se adueñaba de los pasillos y las oficinas del Capitolio. Agentes de seguridad, arma en mano vigilaban las puertas del pleno. Sin embargo muchos comentaristas se preguntan por la pasividad de la policía y algunos legisladores llaman a investigar la actuación policial mientras se producían las surrealistas escenas.
Poco a poco, y con la llegada de refuerzos de la Guardia Nacional, las fuerzas de seguridad retomaron el control del Congreso.
Los congresistas decidieron retomar la sesión cuanto antes, y ahí siguen en este momento. El vicepresidente Mike Pence dijo a los asaltantes que “no han ganado” al retomar la sesión.
Las autoridades tardaron algo más en aplicar el toque de queda declarado por la alcalde de Washington D.C. pero consigueron dispersar la manifestación sin más incidentes graves.
En total el asalto deja cuatro víctimas mortales. Una mujer herida de bala y tres personas fallecidas por crisis médicas en los alrededores del Congreso.
Fundionarios del Congreso, ayudados por policías comienzan ya a intentar limpiar y restaurar los destrozos causados por el asalto. Sin embargo limpiar la imagen de la democracia estadounidense y restaurar la confianza entre los ciudadanos llevará algo más de tiempo.
Biden: “En el peor de los casos, las palabras de un presidente pueden incitar”
Un sombrío Joe Biden se presentó ante los medios para denunciar el comportamiento de Trump.
“Las palabras de un presidente importan. No importa lo bueno o malo que sea ese presidente. En el mejor de los casos, las palabras de un presidente pueden inspirar. En el peor, pueden incitar”, dijo.
Después de horas de caos, Trump acabó por publicar una declaración en la que pidió a su gente que abandonara el lugar, pero lejos de calmar los ánimos, volvió a insistir en que le habían robado la elección.
Trump: “Nos robaron la elección, pero tienes que irte a casa”
“Conozco tu dolor. Sé que estás herido. Tuvimos una elección que nos fue robada. Fue una elección aplastante, y todo el mundo lo sabe, especialmente en el otro lado. Pero tienes que irte a casa ahora. Tenemos que tener paz”, afirmó el presidente.
Legisladores demócratas han pedido al vicepresidente, Mike Pence, que invoque la Enmienda 25 de la Constitución para destituir al presidente. Otros piden que se le someta a un juicio político inmediato y se le expulse de la presidencia.