Al aislar al paciente, los familiares son privados de una despedida y del proceso de anticipación a la muerte que se da en casos normales, lo que podría ralentizar la asimilación de que el ser querido ya no está.
Al aislar al paciente, los familiares son privados de una despedida y del proceso de anticipación a la muerte que se da en casos normales, lo que podría ralentizar la asimilación de que el ser querido ya no está.