La vacuna de Oxford y AstraZeneca contra el coronavirus ha dado mucho que hablar en las últimas semanas por su posible relación con la formación muy excepcional de coágulos sanguíneos.
Reino Unido anunció que va a buscar alternativas a su vacuna para los más jóvenes de 30 años y la Agencia Europea del Medicamento dijo que estos coágulos tenían que incluirse en la lista de efectos secundarios de la vacuna.