Un río de dolor desciende por la colina de los Martires de Kabul, donde prosiguen los entierros de las víctimas del terrible atentado que sufrió el sábado una escuela femenina de la minoría hazara, musulmanes de credo chií.
Un río de dolor desciende por la colina de los Martires de Kabul, donde prosiguen los entierros de las víctimas del terrible atentado que sufrió el sábado una escuela femenina de la minoría hazara, musulmanes de credo chií.