La ciudad rusa de Samara, a orillas del río Volga, es estos días escenario de unas temperaturas inusualmente altas. Muchos ciudadanos han aprovechado para acudir a sus playas, bañarse y tomar el sol, pero no es oro todo lo que reluce. Estas temperaturas son también las causantes de unos incendios forestales que están creando serios problemas a lo bomberos locales y que han obligado al Gobierno central a redoblar sus esfuerzos por tierra y aire.