Los detalles de una redada poco publicitada en octubre contra un importante militante de Al Qaeda, Husam Abd-Al-Rauf, en la provincia afgana de Ghazni han revelado cómo el grupo terrorista continúa desarrollándose en Afganistán bajo la protección de los talibanes y permanece conectado con sus otras células en todo el mundo, según relatos proporcionados por funcionarios de inteligencia afganos a CNN.