La próxima semana comenzarán en China los ensayos clínicos de una nueva vacuna contra la COVID-19 que se inhala. Desarrollada por la biofarmacéutica Cansino Biologics, su uso de emergencia ya ha sido aprobado por Pekín. Aunque, el Centro Chino de Control de Enfermedades reconoce que su eficacia es mucho menor que las de otras fórmulas como Pfizer o Moderna.