Estados Unidos ha dejado caer un jarro de agua fría sobre las aspiraciones presidenciales de la candidata derechista peruana Keiko Fujimori. Mientras sus seguidores mantienen la presión en las calles de Lima denunciando un supuesto fraude electoral y su partido, Fuerza Popular, persigue la anulación de los comicios, la Casa Blanca ha emitido un comunicado en el que asegura que estos han sido "un modelo para la región".