Ya no quedan militares estadounidenses en la base aérea de Bagram en Afganistán, que durante las últimas dos décadas fue el centro de operaciones de EE.UU. en ese país. La base pasó de ser poco más que pista de aterrizaje cerca de Kabul, la capital, a una ciudadela con la infraestructura necesaria para la permanencia de miles de militares y contratistas estadounidenses.