En 2015, una bacteria mató a la mayoría de los antílopes saiga en la estepa del centro de Kazajistán. Los expertos temían que los animales se extinguieran. Ahora, todo ha cambiado: en la estepa se han multiplicado los nacimientos.
En 2015, una bacteria mató a la mayoría de los antílopes saiga en la estepa del centro de Kazajistán. Los expertos temían que los animales se extinguieran. Ahora, todo ha cambiado: en la estepa se han multiplicado los nacimientos.