Entre rascacielos y anuncios de neón, el paisaje urbano de Tokio ganó una nueva presencia: un gigantesco gato en 3D que duerme, maúlla y observa directamente a la muchedumbre reunida al pie de la pantalla de alta tecnología que proyecta su imagen.
Entre rascacielos y anuncios de neón, el paisaje urbano de Tokio ganó una nueva presencia: un gigantesco gato en 3D que duerme, maúlla y observa directamente a la muchedumbre reunida al pie de la pantalla de alta tecnología que proyecta su imagen.