Ha sido un auténtico terremoto en el universo del fútbol. La propuesta de una Superliga europea que rompe el orden establecido en el deporte rey ha provocado reacciones encontradas en instituciones y también en aficionados. Es un formato que garantiza la participación de los doce fundadores sin mérito deportivo alguno, a los que se suman tres equipos invitados y otros cinco que sí que estarían presentes por sus resultados.