España, la huerta de Europa, se apresura a vacunar a sus temporeros contra la COVID-19, muchos de ellos extranjeros. En Lleida, en la región de Cataluña, no quieren que vuelva a ocurrir lo del año pasado, cuando, junto con localidades limítrofes de la región de Aragón, la zona se convirtió en uno de los peores focos de infección del país.